No es una cuestión de estética. De vez en cuando me encuentro con estas preguntas:
A lo que suelo responder:
Los abdominales, la famosa “tableta”, no se te va a marcar con mis clases, pero sí puedes definir cintura: oblicuos y transverso, ya que es lo que trabajamos en cada clase, para fortalecer y sostener nuestro suelo pélvico y órganos internos.
La barriga se va cambiando hábitos, no con dos clases de Pilates a la semana y sin llevar ningún tipo de pautas nutricionales. Y aún así todo dependerá de las patologías y genética de cada uno.
Y si con estar en forma, nos referimos a sentirnos ágiles, fuertes y flexibles, entonces sí estas en el lugar indicado. Dependerá de tu actitud que el proceso sea más o menos rápido, pero te aseguro que desde la primera clase, vas a notar mejorías.
Podría asegurar que todas las personas que han pasado y siguen en mis clases, han notado mejorías en su estado físico desde la primera sesión.
Pero aquí no hablamos de reducir centímetros, ni marcar músculos ante un espejo. Aquí se habla de reducir fatiga y tensiones musculares, fortalecer tanto la masa ósea como muscular para proteger articulaciones y órganos, así como de flexibilizar nuestros tejidos para una mayor movilidad. El objetivo es reeducar nuestro cuerpo y sus malos hábitos posturales que nos perjudican más allá de nuestro cuerpo físico, pues el mental y emocional también se ven afectados.
Vamos de dentro hacia fuera: a través del movimiento, vamos profundizando en nuestro interior, despertamos el cuerpo para despertar nuestra mente y emociones, de forma sutil, respetuosa, respetando el proceso que cada persona necesite.
Por su puesto que habrá resultados estéticos, pero eso es solo la consecuencia de todo lo anterior.
No es una cuestión de estética. Aquí se viene a sentirnos bien, ágiles, despiertos: crear consciencia sobre nuestro cuerpo y disfrutar del movimiento, sin juicios, sin cánones ni estereotipos marcados de belleza.
Mirenme a mí, más de seis clases diarias, ejecutando cada una de ellas, y aquí están mis mollitas, pero eso sí, ¡bien sanas, fuertes y flexibles!
Disfruta de tu cuerpo, escúchalo, escúchate, dedícale un momento a todo tu ser. Dale movimiento consciente, despiértalo. ¡Es vida!