Desde una sólida base, en el mundo de la Danza, que se fue construyendo durante los primeros 18 años de mi vida, lo que comenzó como una actividad extraescolar se llegó a convertir en pequeñas actuaciones a nivel profesional durante los últimos años, pero pronto tuve que dejarlo por incompatibilidad con las circunstancias que me rodeaban.
Más adelante encontré el bien estar y el equilibrio que necesitaba en el Yoga Iyengar, cuya práctica constante durante más de ocho años, me aportó grandes pilares que colocar sobre esa base inicial con la danza, aportándome mucha disciplina mental, así como más conocimiento y consciencia sobre mi cuerpo y la relación que existe con las emociones.
Y es durante estos último años en Yoga, que surgen mis primeras clases como monitora de Pilates de forma eventual.
Pilates me despierta el interés por tener una formación oficial, con la cual poder seguir desarrollándome y explorando el movimiento, sin perder de vista mi base con la danza y los pilares con el Yoga.
Es entonces el momento en el que me planteo dedicar mi vida de lleno a esta profesión y así poder ayudar a los demás en mejorar su condición fisíca y ampliar la consciencia de su cuerpo y el movimiento.
Después de muchos años trabajando en un centro de Yoga como monitora de Pilates, al mismo tiempo que realizaba mis formaciones para profesionales del movimiento, es en 2015 cuando comienzo con una gran profesional de la Fisioterapia, Andrea Carpena, en su centro Ecosalud, sitado en Petrer, (Alicante) impartiendo clases en grupos reducidos y también de forma individual, terapeútica y rehabilitación.
Es una gran ventaja poder trabajar codo con codo con buenos profesionales de la Fisioterapia, como Andrea ya que además de aprender de su profesión, le proporciona a mis clases gran seguridad y respaldo, al estar siempre revisadas por ella, desde la clase más dinámica y fluida, hasta la más tranquila y terapeútica.